Círculos viciosos

Tengo que admitirlo, me gustan los «círculos viciosos», AKA «pescadillas que se muerden la cola» o «sistemas con realimentación positiva» o como ustedes lo quieran llamar.   Siempre me han llamado la atención.

Pescadilla electrónica que se muerde la cola.

Imaginaos que tenemos algo que amplifica, sonido por ejemplo… cogemos el sonido amplificado y lo metemos de nuevo a la entrada, y se amplifica, y se la volvemos a meter… así infinitamente… tanto meter ,al final, evidentemente, creamos un círculo vicioso, y además puede que tengamos algo bastante sonoro.  Básicamente eso pasa cuando un micro se acopla… ¿pero por qué no nos explotan los oídos?

La dichosa limitación de potencia de las cosas siempre fastidiando, hace que todo alcance un máximo y que no podamos crear energía de la nada… qué desilusión.   Tendremos que confiar en la fusión nuclear.

¿Sabéis como se dice ‘círculo vicioso’ en inglés?  La traducción es Catch 22.  La explicación la tenéis en este buenísimo post de Fogonazos.  Según cuenta allí esta expresión se basa en una novela y posterior película homónimas, que cuentan la situación de los pilotos de aeronaves de la Segunda Guerra Mundial que se negaban a volar:

Fotograma de la película Catch 22

Paradójicamente, el artículo 22 del reglamento establece que nadie en su sano juicio querría pilotar un bombardero en semejantes circunstancias, de modo que su alegación demuestra en realidad que está cuerdo y que debe seguir pilotando.
De acuerdo con esta regla, todo piloto que quiera volar demuestra que no está en sus cabales y debe ser relevado, pero para ello debe enviar una solicitud de revisión. En el momento en que lo hace, la trampa se cierra sobre sí misma y el aviador pasa a ser considerado como cuerdo, puesto que ningún loco presentaría una queja. En definitiva, no hay elección posible ni manera de salir del sistema.

¡A qué ralla! Jajajaja.  Volvamos al tema.

En cuestiones físicas, el tema de la limitación de los círculos viciosos está bastante claro, pero ¿qué ocurre en el día a día?

Ahora mismo estamos todos dentro de un círculo de estos bastante curioso, lo llaman «crisis económica».  Alguien decide no pagar algo en alguna parte por alguna razón, el cobrador no tiene dinero ese día, decide no comprar el periódico ese mañana, el kioskero vende menos y por 1 euro no le llega para gastarse la pasta en prostitutas, las prostitutas no ganan para el alquiler del piso en Gran Vía, el dueño del piso se queda tirado sin nadie y no puede pagar la hipoteca, el banco se queda con el piso pero no lo puede vender porque nadie lo compra y se queda sin liquidez para prestar, y el tío primero que no tenía dinero uiere pagar pero ningún banco le presta la pasta. Con lo cual ahora no paga lo que debía y tampoco puede pagar lo demás.

¿Tendrá esto un final como ocurre con la amplificación de sonido o llegará un momento en el que empecemos a hacer trueques a cambio de comida?  Espero que no, porque sino vamos a tener que volver todos al pueblo a plantar patatas, o sembrar, lo que sea, y a cambiarlas por ropa.  No es que en el pueblo se viva mal, no seáis mal pensados… es que … es que no me gustan las patatas fritas, eso es todo.  Y sinceramente, no quiero regresar al neolítico.  Últimamente pensaba en lo que sería vivir sin adelantos, pero eso lo dejo para otro post.

Respecto a la crisis, siempre queda la esperanza de pensar que el último círculo vicioso, alias burbuja inmobiliaria, «explotó».  Pero claro, no es lo mismo, porque siempre llega un momento que todos han encontrado techo y los especuladores se quedan sin víctimas a los que amortajar de por vida, espero que no llegue el punto en el que el dinero no se mueva y nadie pueda comprar nada.

La solución, poner en circulación el dinero de nuevo, para que todos ganemos y por lo tanto gastemos, así que ya sabéis, hacedlo por vuestro país o por vuestro modo de vida, ¡pero empezad a gastar dinero como locos ya!